Concejo de orografía intrincada en el que alternan profundos valles fluviales con cumbres que superan los 1000 metros. Economía tradicionalmente basada en los aprovechamientos agro-silvo-pastoriles que se ha tendido a especializar en la ganadería vacuna y en la apicultura, quedando atrás un pasado en el que la agricultura tenía un peso mayor y el trabajo del hierro alcanzó merecida fama dentro y fuera de la comarca.
La villa de Boal, en la ladera de la sierra de Penouta, ha tenido
siempre una situación estratégica privilegiada al
estar en la encrucijada natural entre el medio Navia y el valle
del Porcía. Tiene tres partes bien diferenciadas.
La parte alta, Boal de Arriba, es la más antigua, como atestigua
el trazado irregular de sus callejas y la presencia de antiguas
casonas solariegas, la de los Fuertes y Tineo o la de la Torre.
La segunda zona, la central, de época decimonónica,
se articula entorno a la iglesia de Santiago (1834-1837) y el ayuntamiento
y abarca buena parte de los establecimientos comerciales y hosteleros
de la capital. La última de las zonas, Boal de Abajo, tiene
un marcado estilo americano ya que sus edificios más significativos
fueron construidos por emigrantes a aquellas tierras.
Un buen ejemplo es Villa Anita, construida en 1926 por un emigrante a Cuba, el chalet con planta en T se caracteriza por el recubrimiento cerámico de sus paredes externas con azulejos de Talavera y por el tejado a dos aguas de fuerte inclinación… pudiendo apreciarse influencias inglesas, japonesas, medievales, etc. Escuelas Graduadas de 1930-1934, promovidas, como otras muchas, por la Sociedad de Instrucción Naturales del Concejo de Boal (constituida en la Habana) junto con aportaciones del Estado y emigrantes a Buenos Aires. También Villa Damiana, construida en 1919, es un magnífico ejemplo de la arquitectura historicista.
Es interesante a la visita el lavadero público, construido con capitales americanos e inaugurado en el año 1928, fue recientemente restaurado y convertido en el Centro de Interpretación de los lavaderos del concejo de Boal. El edificio denota una notable riqueza constructiva de estilo funcional, con molduras y pináculos, buena muestra de la inquietud benefactora de los emigrantes retornados hacia sus pueblos de origen y las clases más desfavorecidas.